Durante varios días, Fray Septimus en compañía del hermano Miyagi fue hablando con todos y cada uno de los monjes que vivían en la Abadía.
Decidió que el mejor momento era al anochecer en el claustro de los reyes, un lugar tranquilo… al finalizar el último día Septimus compartió sus sospechas con el hermano oriental, mientras daban un paseo…
--¿Creéis que el tarot está en la Abadía?
--Querido Miyagi, Todos los hermanos están
nerviosos y todos ocultan algo. No se puede ocultar algo que no existe. –exclamo
Septimus,
-- ¿Quién creéis que es?
-- Sabemos que desde el 2.012 nadie ha vuelto por
las ruinas… y sabemos quiénes fueron los últimos
--El hermano Gui y el hermano Melchor, está claro.
Lo han dicho abiertamente.
---… Y coinciden en su versión. La pregunta es… ¿encontraron
algo entre las piedras caídas? –miro pensativo
a Miyagu—Mañana daré un paseo por el monasterio de San Juda´´
-- Pero mi querido
Septimus… es un lugar maldito…
-- Déjame decidir que tipo de lugar es que tanto miedo y desasosiego despierta…-- alguien les observaba, un hermano estaba intranquilo…
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