Durante varios días Guy estaba
intranquilo, no hacia más que ver en todas partes esa sombra, esa imagen, ese
momento que no lograba olvidar. No sabia si contarlo o no. No sabía que decir
ni que hacer. Deseaba volver a la vieja ermita, comprobar si era o no real
aquella sombra. Volver a ver los restos de la torre resquebrajada y desolada
por el tiempo. Sentía una mezcla de curiosidad y miedo.
Muy confundido tomó la decisión y contó
a su amigo el hermano Melchor su terrible experiencia, necesitaba que alguien
le escuchara.
-
No
te preocupes, tal vez sea fruto de tu imaginación. –le explicaba Melchor.
-
Pero…
hermano Melchor, era tan real…
-
Haremos
una cosa hermano Guy, mañana iremos a la vieja ermita, tal vez encontremos una
explicación a todo esto.
-
¿Se
lo decimos a nuestros hermanos?
-
¡No
Guy! No preocupemos a los fraymonjes.
Melchor tranquilizó a Guy, al día siguiente
volverían a las ruinas, en busca de plantas…
Continuara…
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